Decía Marx en los Grundisse que el conocimiento social general se convertirá en fuerza productiva inmediata y el proceso de vida social estaría bajo los controles del general Intellect. De esta forma, el capital trabajará en favor de su propia disolución como forma dominante de la producción.
Sin embargo, la miseria que el individuo social vive es demasiado diferente de un General Intellect revolucionario que nos libere de la dominación. No podemos permitirnos el lujo de ser reducidos a conceptos salvadores cuando el futuro se presenta bajo un paisaje aún más radical, sin perspectivas que no sean aquellas de una infinita disponibilidad a coadyuvar la expansión del capital.